Cuando Xu Nian abrió los ojos nuevamente, habían pasado cinco días.
Durante estos cinco días, Zhao Yanyun apenas se había apartado de su lado.
—¿Por fin has despertado? —Zhao Yanyun mostró una expresión de alegría al ver que Xu Nian despertaba.
—Um, ¡gracias!
Xu Nian podía notar por el rostro cansado de Zhao Yanyun que ella no había descansado bien estos últimos días. Se sentía agradecido y también un poco culpable.
Sus sentimientos hacia Zhao Yanyun eran como los de un hermano menor hacia una hermana mayor, sin mucho amor romántico de por medio.
No quería que Zhao Yanyun albergara tales sentimientos hacia él.
Después de todo, las deudas emocionales son las más difíciles de pagar en el mundo humano.
En cuanto a Chen Yao, Xu Nian había albergado algunos sentimientos debido al incidente en el Bosque de Bestias Demoníacas.
Sin embargo, gradualmente se dio cuenta de que Chen Yao no era adecuada para él, pues tenía un largo y arduo camino por recorrer.