—¡Zumbido!
La energía espiritual de Nangong Qing se descontroló, y una llama aterradora surgió sobre su puño.
—¡Muere! ¡Puño del Fénix de Fuego que Quema el Cielo! —rugió Nangong Qing, y una feroz explosión de energía espiritual estalló instantáneamente, con un enorme fénix de fuego apareciendo detrás de él.
La temperatura espantosa hizo que el aire circundante se elevara a un grado aterrador.
Xu Nian miró este temible puñetazo, pero la comisura de su boca reveló una ligera sonrisa.
Cambió su postura, y el Rastro Ilusorio Fascinante se ejecutó en un instante.
Entonces, Xu Nian dejó una imagen residual en su lugar original.
Cuando reapareció, Xu Nian ya había llegado frente a Nangong Qing.
—¡Qué rápido! —exclamó Nangong Qing, con una expresión extremadamente asombrada en su rostro.
Pero antes de que pudiera reaccionar, el puño de Xu Nian ya había golpeado el abdomen de Nangong Qing.