Cuando la gigantesca sombra con forma humana emergió, el aura de Xu Bai ya había alcanzado su punto máximo.
Un viento salvaje danzaba a su alrededor, sus ojos brillaban con luz púrpura, como si llamas púrpuras estuvieran ardiendo.
Parecía la personificación de un tirano.
Su mirada hacia Xu Nian estaba llena de una abrumadora intención asesina.
—Cielos, ¿realmente tuvo que usar el jefe el Fenómeno de Talento del Tirano Supremo por haber sido presionado? —Xu Min reveló una expresión extremadamente sorprendida.
En su memoria, Xu Bai solo había usado el Fenómeno de Talento una vez.
Fue cuando tenía doce años, luchando contra un joven de unos veinte años.
Los dos estaban separados por un reino entero.
Sin embargo, Xu Bai logró luchar contra el joven hasta un punto muerto solo con el Fenómeno de Talento.
Habían pasado tantos años, y ahora Xu Bai estaba desplegando el Fenómeno de Talento por segunda vez.