Era una tarde de verano sola en mi habitación contemplando el atardecer a través de mi ventana, simplemente contemplaba el sol metiéndose por el horizonte con los pájaros volviendo a su nido para conciliar el sueño y tomar el descanso después de su día tan ajetreado.
Contemplaba las horas pasar, con un paisaje hermoso que daba hacia las montañas recordado que era el primer día de vacaciones de verano. Mi familia comenzaba a reunirse en el comedor para tomar la cena, la mesa se servía y todos nos reuníamos para cenar y contar nuestro día.
Mi padre recién llegaba del trabajo y mi madre terminaba de servir para que todo estuviese listo a la misma hora de siempre, mi hermano mayor Christian se comunicaba por teléfono para avisar sobre su leve retraso. Pues en nuestra casa las horas para comer se respetaban al pie de la letra, mi madre un poco molesta por el aviso continuo con sus labores.
Yo aún en mi habitación perdida en mis pensamientos escuché desde abajo el llamado de mi madre para bajar a cenar, el grito me hizo regresar a la realidad y con toda prisa me aseguré de tomar mi lugar en la mesa.
Mi padre un poco distraído con el trabajo pregunto sobre Christian, mi madre contestó que había llamado para avisar que llegaría unos minutos tarde, después de sus palabras la puerta principal se abrió, lo que nos hizo voltear de inmediato por el ruido de las carcajadas de mi hermano, pues no mencionó que llegaría acompañado.
Se paró frente a la mesa y nos presentó a uno de sus mejores amigos.
Christian: Mamá, papá, les presento a Orlando. Es mi mejor amigo de la preparatoria y lo he invitado a jugar videojuegos, me retiro ya hemos cenado.
Mis padres voltearon y saludaron al joven con una agradable sonrisa que hizo entender a mi hermano la aprobación de seguir de largo.
Cabe mencionar que yo estoy en mi último día de secundaria. Me gradué hace 4 días y estoy por entrar a mi primer año de preparatoria. Mi hermano está por ingresar a la universidad, él quiere ser médico y fue aceptado en el campus, por lo que sería el último verano juntos antes de que se vaya a la universidad.
Iris: Yo seguía inmersa en mis ideas cuando voltee para saludar, en un momento vi al amigo de mi hermano y no pude evitar sonreír al ver lo guapo que era Orlando. No hable solo lo miré y cuando cruzamos miradas me sonroje, pues no pude aguantar la mirada de aquel joven guapo quien amablemente me devolvió la sonrisa.
Los dos subieron a la habitación de Christian y los perdí de vista. Continuamos con la cena y no pude evitar pensar en aquel joven quedé más disipada en mis pensamientos y no probaba bocado.
Regresé en sí cuando de repente escuché la voz de mi padre, quien me preguntaba sobre cómo llevaba mi primer día de verano. Respondí que todo iba bien, le comenté sobre las cosas pendientes que tenía y que estaba comenzando un nuevo libro súper interesante relacionado a la alineación astrológica.
Ese es un tema que siempre me ha apacionado, pues es increíble estudia a la ciencia desde el punto de vista astral, pues soy una fiel creyente de que no somos los únicos seres dentro de infinitas galaxias y universos existentes. Pero no pasa de solo leer al respecto, pues mi interés profesional se apega a la abogacía como mi padre, siempre he sido fiel creyente de que las personas merecen nuevas oportunidades y que así mismo hay infinidad de injusticias en los sistemas legales.
Terminamos la cena y recogimos la mesa para poder ver un programa de televisión que se transmitía todas las noches, el cual se había vuelto costumbre ver después de la cena.
Nos encontrábamos en la sala mientras yo seguía pensando en Orlando, había sido una mirada fugaz y una sonrisa envolvente, sé que me estaba haciendo ideas equivocadas pero en ese momento no podía dejar de pensar en ello. De vez en cuando se escuchaban fuertes risas y gritos que salían del cuarto de mi hermano y no podía concentrarme.
Discretamente me escabullí de la sala, mi pretexto era subir al baño de la planta alta. Quería verlo nuevamente aunque sea de paso, mi mente estaba con una fuerte necesidad de verlo nuevamente; sabía que era una locura, pues Orlando solo había sido amable, pero no podía evadir que era guapo realmente guapo.
Al subir las escaleras me siento a nerviosa pues anciaba toparlo fuera del baño, quería que saliera justo en el momento que yo estaba ahí, solo para poder cruzar algunas palabras con él. Pero por más que me encerré en el baño esperando escuchar alguna señal de que él saliera, no sucedió.
Volví a mí habitación frustrada por el rotundo fracaso que había tenido. Me senté al pie de la ventana nuevamente perdida en mis ideas, mirando las primeras estrellas estrellas que se asomaban, pues era una noche despejada y podía observar con claridad el cielo que comenzaba a llenarse de una espesa oscuridad, intentaba localizar ciertos satélites que desde que se pueden observar así como la ubicación de estrellas que yo inexperta mente intentaba localizar, pues en algunas ocasiones se podía dar el avistamiento de planetas que podían confundirse con estrellas, pero que en mi libro mencionaba que aquellas que no tiene un parpadeo pueden ser satélites o planetas. Y es lo que lograba observar a la distancia, en eso tenía perdidos todos mis pensamiento recordando ubicaciones y pocosiones de la constelación. Anhelaba con el alma un telescopio que me acercara más a aquello que tanto me apasionaba.
En el momento siguiente el brusco movimiento de mi puerta abriéndose de golpe me hizo brincar de susto pues tenía toda mi atención mirando el cielo. Al darme cuenta de quién había sido, me enderecé rápidamente. Había sido Orlando quien estaba parado en la puerta de mi habitación. Él se disculpó al moento mencionando que se había quicocado de puerta y con una sonrisa hermosa me preguntó que estaba haciendo.
Yo solo le respondí que no había problema que el baño estaba al fondo. Seguidamente le conté que miraba el cielo intentando localizar constelaciones, voltee hacia la ventana para seguir mirando, pues me sentía un poco nerviosa hablando con él.
De repente sentí a alguien detrás mío, podía sentir un cuerpo alto y bien perfumado detrás, en ese momento me sentí tan pequeña que solo pude bajar la cabeza, él con toda la confianza del mundo me preguntó que si me gustaba estudiar acerca de ello. Fueron los minutos más exaltados que había experimentando por primera vez, en la escuela había sentido atracción por algunos chicos, pero esta sensación recorriendo mi cuerpo era diferente, me sentía nerviosa y con un gran hueco en el estómago que me hacía sentir una corriente eléctrica por todo el cuerpo u que sin explicación alguna me gustaba.
Colocó su brazo fuerte sobre el marco de la ventana para ver lo que le había mencionado momentos antes, y con una voz amable me dijo: “ eres una niña muy linda e inteligente, tengo una hermana casi de tu edad que está insoportable, quisiera que fuera como tú”
Esas palabras tumbaron lo que estaba sonriendo, pues no sabía si el solo me estaba mirando como una niñita y no como la adolescente que era, me sentí rara pero seguía con ese sentimiento que no podía explicar.
Le respondí que no era una niña, que ya tenía 15 años y que peleaba constantemente con mi hermano, así que tal vez era muy parecida a su hermana. Soltó una risa y solo me dijo “ eres una niña muy linda”.
Salió de mi habitación y yo me sentí confundida, tenía sentimientos revueltos pues el primer encuentro no había sido malo pero tampoco bueno, pues me veía con ojos de ternura pero no como la que yo hubiese querido, sino que le recordaba a su hermanita, rodé los ojos en blanco y me volví a sentar.