Regreso a Casa

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Parecía que Ruby había cometido un gran error cuando dejó que Basen durmiera en el carruaje tirado por caballos porque la serpiente no quería irse después de haberse sentido cómoda con Ruby.

A veces la bestia demoníaca charlaba todo el día, y otras veces dormía todo el día acurrucada en los brazos de Ruby.

Matthew, que no había podido pasar tiempo a solas con su esposa durante varios días, se volvió más irritado. Varias veces, quiso arrojar a Basen por la ventana, pero Ruby, que se compadecía de Basen, siempre se lo prohibía.

Al final, Basen se quedó en el carruaje hasta que llegaron a Veritas.

—Oh, es la primera vez que veo Veritas.

Basen asomó la cabeza por la ventana, sus ojos rojos brillaban mientras veía donde se alojaba Ruby. Una sonrisa se extendió por el rostro de Basen, lo que indicaba que le gustaba Veritas.

—¡Este lugar no está habitado por demasiados humanos. ¡Realmente me gusta! —gritó Basen.