Ruby sintió que algo andaba mal con Averly.
El color rojo claramente había envuelto su corazón, pero ella era capaz de mantener la compostura y ni siquiera mostraba signos de ser temperamental.
Si Ruby no hubiera podido ver el color de sus emociones, habría pensado que Averly era una persona muy tranquila.
Ruby aclaró su garganta para reducir la atmósfera incómoda entre ellas.
—Entonces, Señorita, ¿le importaría compartir su problema conmigo?
En lugar de responder, Averly bajó la cabeza. Sus pestañas rizadas enmarcaban sus fríos ojos azules.
Ruby pensó que tal vez Averly no quería compartir sus problemas con alguien a quien estaba conociendo por primera vez.
—Está bien si no quieres compartir tu problema conmigo. Aún podría hacer que tu corazón se sienta mejor.
—Pero para ser honesta, te ves muy tranquila para ser alguien que no puede contener su ira —afirmó Ruby.