El Espíritu de Leland

Leland tragó saliva mientras leía la carta de recomendación en su mano. Se sintió conmovido y feliz al ver que Ruby había cumplido su promesa de enviarlo a la academia.

Sin embargo, la pregunta de Matthew hizo que Leland se sintiera preocupado y asustado. El Rey licántropo lo miraba con una expresión severa y penetrante, lo que dificultaba que Leland pudiera pensar.

¿Merecía estudiar en la academia imperial?

Leland también se había planteado repetidamente esa pregunta desde que Ruby le había pedido que fuera a la academia.

Leland tenía la determinación de estudiar, pero no contaba con los recursos para cumplir con esa determinación.

A la academia en la Capital Imperial solo podían ingresar dos tipos de personas: los que provenían de familias nobles adineradas y aquellos con mentes inteligentes.

Esto se debía a que los gastos eran enormes, y la academia solo otorgaba becas a estudiantes con inteligencia excepcional.