El Juicio Comienza

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El marqués Barnette se sentó directamente frente a Ruby. La expresión en su rostro era terrible, y su corazón estaba lleno de ira y disgusto hacia su hija.

La abandonó porque pensaba que Ruby era solo una hija que le traía mala suerte y seguía avergonzándolo frente a los nobles. Sin embargo, su hija muda presentó graves cargos contra él por presunta violencia e intento de asesinato.

—Si hubiera sabido que me causaría problemas ahora, la habría echado a la calle desde que nació —refunfuñó el marqués Barnette.

La marquesa Barnette, que estaba sentada a su lado, intervino. —¡Te dije hace mucho tiempo que los hijos de tu concubina no son más que problemas! ¡Pero nunca me escuchaste!

El marqués Barnette suspiró después de escuchar las quejas de su esposa. —Esos niños parecían inofensivos en aquel entonces, ¿cómo podía saber que sucedería algo tan malo como esto?