—¿Qué has hecho, Matthew? —Ruby cruzó los brazos sobre su pecho, sus ojos mirando fijamente a Matthew, quien estaba sentado en la cama. Su rostro estaba cubierto de moretones morados, y la ropa que llevaba puesta estaba desordenada e incluso tenía algunos desgarros.
Momentos antes, Ruby, que ya estaba despierta, vio a Matthew entrar a su habitación por el balcón. Matthew no quería que los soldados y sirvientes vieran su lamentable apariencia, así que decidió entrar a escondidas.
Sin embargo, Matthew no esperaba que Ruby estuviera despierta para que pudiera ver el mal aspecto de su marido.
Al principio, Ruby estaba preocupada y temía que Matthew acabara de enfrentarse al grupo secreto que había devastado Trigas y Veles.
Sin embargo, cuando Ruby vio que el color emocional de Matthew era predominantemente morado, simbolizando que estaba asustado cuando se enfrentó a Ruby, inmediatamente concluyó que Matthew acababa de hacer algo malo a sus espaldas.