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—Oh, sobre eso. Greysen solo estaba fanfarroneando. Él no pone espías dentro del Palacio de Veritas —enfatizó Liviana—. He espiado a todos en Veritas, y ninguno parece sospechoso.
—¿Eh? —Ruby inclinó la cabeza, sintiéndose confundida por las palabras de Liviana—. Sin embargo, él fue capaz de descubrir mis habilidades mágicas.
Liviana se sentó en la silla y dijo:
—¿Recuerdas a quien controló la mente de Magnus en Ciudad Trigas? Es posible que haya podido detectar tu magia después de que ataste el hilo de tu destino con ese mago.
Ruby frunció el ceño.
—¿Quieres decir que Greysen tiene una conexión con esa persona?
Liviana se encogió de hombros.
—Tal vez. Creo que es la suposición más razonable.
Si Ruby lo pensaba más detenidamente, tenía sentido que Greysen estuviera en complicidad con la persona que quería destruir Veritas. Sin embargo, ¿por qué la persona que controlaba a Magnus de repente se convertiría en un soldado en el Palacio Imperial?