Ruby Quiere Contarles a Sus Hermanos

La habitación de repente quedó en silencio. Ruby parpadeó lentamente y miró a Matthew con una expresión inexpresiva. Sabía que su esposo a veces tenía pensamientos extremos, pero no esperaba que fuera capaz de albergar una idea tan poco ortodoxa.

—¿Quieres secuestrarlo? —preguntó Ruby en voz baja.

Matthew asintió y sonrió ampliamente a su esposa. —Sí, creo que es la mejor opción. ¿Qué piensas?

Ruby suspiró. —Si te lo prohibiera, probablemente lo harías de todos modos, ¿verdad?

—Ay. No esperaba que tuvieras pensamientos tan malos hacia tu esposo.

—Matthew —habló Ruby seriamente—. Solo haz todo lo que creas que es lo mejor para nosotros.

Estaban en una carrera contra el tiempo, así que Ruby no podía enfrentar el problema con demasiada rigidez. Después de todo, estaba segura de que Matthew no era el tipo de persona que haría algo sin sopesar los resultados buenos y malos.

Ruby tomó las manos de Matthew y luego acarició su palma suavemente. —Creo en ti, Matthew.