El Secreto de los Reyes

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Después del almuerzo, Brandyn llevó a Matthew y Ruby a la sala de estar para que pudieran hablar más cómodamente. Durante todo el camino hacia la sala, Ruby no podía dejar de sonreír porque, por primera vez, tenía buen apetito para comer.

Su comportamiento, que irradiaba un aura de felicidad, convenció aún más a Loreina de que Ruby realmente estaba teniendo dificultades para elegir qué comer. Como mujer con una hija de la edad de Ruby, Loreina quería que la Reina de Veritas probara toda la deliciosa comida en el Palacio de Tredo.

—Por favor, siéntase como en casa, Su Majestad —dijo Brandyn una vez que pusieron un pie en el salón del palacio.

Un sirviente abrió las cortinas de la ventana, permitiendo que la cálida luz del sol entrara en la habitación. Ruby deliberadamente se sentó en el sofá junto a la ventana porque quería permanecer bajo la luz del sol.