—Ángel, baja tu trasero de ahí —ella va a ser mi muerte. Han pasado dos semanas desde la barbacoa, y cada día desde entonces ha sido una prueba.
No sabía que sacarla de ese caparazón iba a desatar el infierno sobre mi cabeza. La chica siempre se está metiendo en problemas.
Es como un potro recién nacido que finalmente encontró sus patas y empieza a galopar por todas partes.
—Atrápame, Colt.
Soltó la cuerda de elevación y voló hacia mí, maldita loca.
—¿Qué demonios estás haciendo, Ángel?
—Rappel, ya sabes, practicando para cuando vaya a escalar.
—¿Para cuando qué? ¿Quién dijo que ibas a escalar?
—Jared me va a llevar, a los acantilados de Devil's Walk.
Jared va a recibir mi pie en su trasero. He estado sacándola lentamente de su caparazón, y ella ha estado un poco más relajada últimamente, especialmente desde que comencé a darle clases de defensa personal por las noches.