Después de sacar a mi Ángel de su depresión, era hora de volver al trabajo. Decidí hacer algo de papeleo para poder quedarme en la oficina cerca de ella.
Terminamos a la hora de cierre, luego nos dirigimos a casa para prepararnos para la cena en casa de mis padres. Estaba contando las horas hasta la medianoche porque a las doce en punto iba a estar en su coño. Exceptuando los períodos, creo que esta sería la única vez que me mantendría alejado de ella otra vez.
—Cariño, ¿le tienes miedo a mi mamá?
—Eh, no realmente, solo es un poco intimidante, eso es todo.
—Mira, no tienes que temer a nadie en mi familia. Todos saben que eres mía, y hasta el último hombre estará contigo, especialmente mamá.
—Créeme, esa señora ya te tiene casada y produciendo nietos bajo su mando, así que no tienes razón para sentirte intimidada por ella.
—Está bien, lo intentaré. ¿Qué hay de esa amiga espeluznante suya, estará allí?