Capítulo 167: LYON

Bajé al sótano al laboratorio del que ella me había estafado. Ya podía oler que estaba tramando algo antes de llegar a la puerta y tan pronto como llegué allí, no había lugar para dudas.

—Mengele, la pu... quiero decir, ¿qué estás haciendo, pequeña?

—Nada, papi —dijo ella. ¡Y una mierda! Había humo saliendo del vaso de precipitados con el que estaba jugando.

El drogata decidió regalarle un set completo de química y ahora duermo con un ojo abierto. La pequeña me asusta más que los cabrones del desierto.

Lo aterrador es que ni siquiera se inmutó al ser descubierta, simplemente continuó con sus cosas como si fuera normal. Apostaría cualquier cosa a que lo que sea que estuviera haciendo no se parecía en nada a la normalidad.

—¿Te he dicho algo sobre mentirme? —pregunté. Tiene esa forma de mirarme que me hace querer darle todo lo que quiere. Estaba haciendo esa mierda ahora.