Traicionado por la Sangre~
Me arrodillé, fregando los suelos con toda la fuerza que pude cuando vi un par de zapatos detenerse justo frente a mí. Lentamente levanté la mirada para ver a la jefa de las doncellas frente a mí, mirándome fijamente, con los brazos cruzados sobre el pecho.
—¿Puedo ayudarle? —pregunté educadamente, sin pasar por alto el ceño fruncido en su rostro.
—¿Por qué estás aquí? ¿No revisaste tus tareas para hoy? —me espetó. Me enderecé, frunciendo el ceño ante sus palabras. Había revisado mis tareas para hoy, y lavar el baño estaba incluido.
—Lo hice; esta es mi tarea para hoy —respondí, y ella se puso aún más roja.
—¿Eres analfabeta? Hoy tienes deberes en la cocina. Sal de aquí inmediatamente y ve donde realmente te necesitan —me gruñó.
—Marta, no creo que...
Dio un paso adelante, con las cejas arqueadas.
—¿Qué has dicho? —dijo entre dientes. Suspiré internamente y asentí.