Traicionado por la Sangre~
Los guardias me levantaron como a una criminal y me arrastraron a la habitación, su agarre más fuerte que nunca, como si alguna vez pudiera liberarme. Mis pies rasparon el duro suelo, y mi corazón latía tan fuerte en mi pecho que temía que pudiera estallar. No tenía idea de adónde me estaban llevando.
La puerta crujió al abrirse, y me empujaron dentro. Tropecé hacia adelante, apenas logrando sostenerme antes de golpear el suelo. Gemí cuando mi rodilla rozó dolorosamente el piso. Mi corazón latía más fuerte que nunca. No necesitaba que me dijeran adónde me habían arrastrado; su aroma por sí solo me provocó un escalofrío que recorrió mi columna.
Lentamente levanté la mirada, y entonces lo vi.
Cain.
Estaba sentado en su silla, como si tuviera el mundo en la punta de sus dedos, sus ojos verdes atravesándome en el momento en que se encontraron con los míos. Me quedé paralizada, mi cuerpo traicionándome, y un escalofrío helado recorrió mi espalda.