Capítulo 98

Traicionado por la Sangre

Kendra se levantó y caminó hacia la ventana, apartando las cortinas para dejar entrar la luz en la habitación, con una sonrisa satisfecha en los labios. La puerta chirrió al abrirse, llamando la atención de Kendra. Levantó la mirada para encontrar a su madre entrando en la habitación.

—Madre —saludó Kendra.

Carol no se molestó en saludar. Se dejó caer en un sofá, con las cejas levantadas.

—¿Cómo fue? —preguntó directamente.

—Como se esperaba, Madre. Actué tan bien que creo que incluso tú te habrías convencido —respondió Kendra con una sonrisa orgullosa—. Aunque Cain me dio dos días.

Su madre arqueó una ceja.

—¿Dos días? Eso es más que suficiente tiempo, ¿no?

Kendra sonrió con malicia, sacando de su maleta un pequeño frasco de aceite negro. Lo sostuvo contra la luz, la oscura sustancia brillando de manera siniestra.

—Más que suficiente —respondió—. Solo necesito una comida, una gota, y Cain será mío.