Traicionado por la sangre
Capítulo 113
Xander yacía en el duro colchón, con un brazo cruzado sobre su rostro, bloqueando la luz de la habitación. Su pierna palpitaba con un dolor sordo y persistente, pero lo ignoró. Había esperado que el doctor de la manada llegara para entonces, pero todo lo que obtuvo fue silencio y su propia frustración carcomiendo su interior.
Entonces, la puerta crujió al abrirse.
Xander exhaló bruscamente, quitando el brazo de su rostro, esperando ver a un doctor, solo para encontrar a Lydia allí. Sus ojos destellaron con molestia y su mandíbula se tensó, y sin decir palabra, giró la cabeza, mirando fijamente al techo agrietado.
Ella suspiró, entrando y cerrando la puerta tras de sí.
—Estás enojado.
Una risa amarga se le escapó.
—¿Enojado? —se burló, sin mirarla todavía—. Debería estar furioso.
Lydia suspiró, su mirada desviándose hacia su herida. Sus cejas se fruncieron.
—¿Te dispararon? —preguntó.
Xander se burló.