Traicionada por la sangre~
La criada que sujetaba el brazo de Avery sonrió, viendo la expresión de shock que tenía. Asintió orgullosamente mientras miraba alrededor.
—¿Estás sorprendida? ¿Sorprendida de que tantas de nosotras estemos hartas de tus tonterías? ¿Crees que no te vemos? Primero, te sacaron de los cuartos de servicio a tu propia habitación privada. Puedes elegir las tareas que quieras. Ahora, calientas la cama del Alfa Cain. Realmente no puedes hacer nada sin abrir las piernas, ¿verdad? ¡Primero te acostaste con Sir Xander, y ahora con el Alfa Cain! ¡Al menos ten algo de vergüenza, zorra!
Las palabras cortaron el aire, cada una más venenosa que la anterior. El rostro de Avery se sonrojó de ira, sus puños apretados a los costados mientras las palabras de la criada resonaban en su mente. No tenía idea de dónde había surgido tanto odio.