Capítulo 1 – El Mundo Grita Magia

La puerta corrediza del metro se abrió con un chirrido metálico, dejando salir una ráfaga de aire cálido y a un joven de cabello rojo alborotado que bajó con paso cansado.

—Otra jornada gloriosa sellando reportes mágicos que ni entiendo… —bufó Izeo Varneth, ajustándose el maletín de oficina al hombro mientras esquivaba la marea de pasajeros que entraban al vagón.

Vestía como cualquier oficinista promedio: camisa blanca con el cuello mal abotonado, una corbata floja que gritaba "me rendí", y ojeras dignas de un guerrero sin batallas. Lo único que lo hacía resaltar era su cabello rojo intenso con puntas oscuras... y su expresión como si supiera algo que el mundo aún no.

La ciudad de Kanoz, capital tecnomágica de la región, estaba viva como siempre. Drones publicitarios zumbaban por el cielo, proyectando hologramas de productos mágicos. Luces flotantes guiaban a los peatones. Una pareja de elfos discutía sobre impuestos en una terraza flotante.

Izeo caminó por la avenida mientras el mundo parecía correr a su alrededor, pero él solo quería llegar a su minúsculo departamento y desplomarse.

Bip. Bip. Bip.

Su celular sonó.

—¿Hn...? —Sacó el viejo modelo de teléfono con pantalla mágica flotante.

[Entrante: Kyou – El idiota del barrio]

—¿Qué pasa, Kyou? Acabo de salir del metro y no tengo ganas de aguantar tus memes de duendes bailando.

—¡Izeo, enciende la maldita televisión! ¡Las noticias están en llamas! ¡Salió otra maldita caja! ¡En Osaka esta vez!

—¿Otra? ¿Qué tan especial puede ser? Llevan dos semanas con ese espectáculo.

—¡Esta apareció flotando en medio de una plaza y lanzó rayos al cielo! ¡Y no solo eso! ¡Hay registros de que un ser humano común recibió una clase mágica completa!

Izeo se detuvo.

La gente pasaba a su lado, pero él ya no se movía. Sus ojos rojos miraban la pantalla con más atención.

—¿Estás diciéndome que las cajas… están eligiendo humanos también?

—¡Sí, idiota! ¡Antes solo afectaban a seres mágicos! ¡Ahora están apareciendo hasta en zonas residenciales! ¡Mira, te paso el enlace!

Un haz azul cruzó la pantalla flotante. Un presentador de orejas puntiagudas y voz temblorosa hablaba frente a una grabación borrosa. Detrás, una enorme caja negra levitaba sobre un parque, cubierta de símbolos brillantes que cambiaban cada segundo.

—"La Caja Verxtextol número 34 fue avistada en Osaka. Testigos reportan que tras emitir una luz intensa, tres seres mágicos y un humano recibieron lo que parece ser una ‘Clase Mágica Desconocida’. El gobierno no ha emitido declaraciones, pero…"

—Clase desconocida, ¿eh? —Izeo murmuró, sin darse cuenta de que había dejado de caminar por completo.

—¡Oye, estás viendo esto, ¿no?! —chilló Kyou al otro lado de la línea—. ¿Y si aparece una de esas cosas cerca de nosotros? ¿Y si te elige a ti?

—Sí, claro —respondió con tono irónico—. Porque el mundo mágico va a elegir a un oficinista que archiva documentos en una torre gubernamental de tercera.

—¡¡Uno de esos tipos en Osaka trabajaba como panadero!! ¡Esto es real, hermano!

Izeo cortó la llamada y alzó la vista hacia el cielo nocturno, salpicado de luces urbanas.

Un dron pasó volando sobre él proyectando:

"¡NUEVO BROTE DE CAJA V! ¡Protege tu núcleo mágico! ¿Ya revisaste tu maná hoy?"

El mundo estaba cambiando.

Y, aunque aún no lo sabía…

ya lo había elegido.