Prologo-Antes del todo

Antes del tiempo, antes de la luz, antes que los demonios fueran nombrados y los dioses fueran amados y temidos... existía solo Él.

No tenía nombre, por que aún no existía el lenguaje. No tenía forma, porque la materia aún no había nacido. Era la voluntad Pura, la conciencia absoluta, el origen silencioso.

Y cuando llegó el momento, Él pensó, y el universo respondió. La chispa que hoy nosotros llamamos el Big Bang no fue más que un suspiro de su poder. Una explosión sin ruido que trajo consigo las estrellas, los planetas, la vida... y la esperanza.

De entre todo lo que creó, hubo una esfera azul, pequeña e insignificante a los ojos del cosmos, a la que el Creador le entregó algo sagrado: la libertad, la posibilidad de elegir, la humanidad. Frágil, impredecible, y a la vez... extraordinaria. Aquello que los dioses después llamarían "el experimento más peligroso". Pero para el Creador, era su tesoro.

Y para protegerlo, dio origen a su primer linaje: a sus hijos. El mayor de ellos fue Zeus, forjado del trueno y la justicia. A su lado, una de las primeras voluntades de luz: su compañera eterna, cuyo nombre se perdió entre lenguas humanas, pero cuyo juramento fue firme. Ambos se arrodillaron ante su padre y juraron: velar por la Tierra, custodiar a la humanidad y guiarla en su camino, aunque ella no los viera, aunque no los recordara. Porque lo que su padre amaba... ellos debían proteger. Y así lo hicieron.

Dicen las historias que cuentan los viejos que el una vez, Él enloqueció tanto por su poder tan abrumador, un poder oscuro que emergía de su divinidad. No un poder normal, un poder que con solo pensarlo no solo acabaría con la humanidad, acabaría con todo a su paso. Este poder fue llamado la omnipotencia, se dice que el creador tuvo que sellarse a si mismo dentro del árbol de la vida, para que este poder no pudiera dañar nada de lo que el tanto aprecio y para que no cayera en manos del mal.

Ante esto, los siglos pasaron, la humanidad creció y así desde los primeros fuegos en cuevas, hasta templos tallados en piedra. Desde reinos de barro hasta imperios de acero, y mientras más alto subían, más olvidaban.

Se sentían abandonados por aquellos a los que tanto veneraron, ya nadie los cuidaba de las catástrofes, sintieron como los abandonaron. Por lo tanto, dejaron atrás los templos, reemplazaron la fe con la ciencia, se creyeron dioses

Hasta que en el año 2012... el cielo respondió. No con palabras, si no con alas, fuego y juicio.

Aquellos que tanto los protegieron, descendieron del cielo llamándose a si mismos "Los Ángeles de la desolación", junto a ellos emergieron figuras demoniacas cabalgando por la tierra denominándose como "Los jinetes del caos", una guerra sin cuartel entre ambos bandos, arrasaron con todo a su paso, las grandes ciudades desaparecieron y el mundo recordó lo que significaba ser pequeño otra vez.

Algunos lo llamaron "El apocalipsis", otros "La Guerra del Juicio". Pero para los que sobrevivieron, no fue más que el comienzo de una verdad prohibida.

Por que en medio del fuego Zeus desapareció, y su compañera... dejo de existir, sus hijos Athena, Artemisa y Hércules se quedaron con la humanidad, asegurando a los que aun seguían con vida oraran con más fuerza, que aquel que tanto los amaba, estaba en su trono observándolo todo.

Hoy han pasado más de 150 años, el mundo es distinto, religión, ciencia, reinos y ruinas conviven en tensión y aunque los cielos parecen callados, aun resuena el eco de aquella guerra entre las sombras.

AÑO 2162: El mundo cambió. El cielo ya no guía, el infierno ya no castiga y el juicio... aún no ha terminado.

La historia de aquel que amenaza el cielo y el infierno, ha comenzado...