Ella me ha dado a ti

Anteriormente, cuando Gabriel interrogó a Ewan en la prisión, lo que no había esperado era que le mencionara el nombre de Amelie. Sin embargo, no ignoró el hecho de que Ewan tenía sangre de bruja y podía prever cosas como su madre.

—¡Amelie y tú tienen una conexión del pasado!

Esas palabras de Ewan seguían resonando en la mente de Gabriel como una campana.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su teléfono sonando. Lo tomó y vio el nombre. Era su padre, Raidan Sinclair. Enderezó su postura en la silla giratoria antes de contestar la llamada.

—Saludos al Rey Alfa —Gabriel saludó en un tono formal, lo que sorprendió a Raidan.

—¿Cómo has estado? —preguntó Raidan.

—Vivo —respondió Gabriel.

—¿No deberías ser tú quien me llamara después de capturar a Ewan? —preguntó Raidan desde el otro lado.

—Estaba ocupado —mintió Gabriel.

Raidan lo notó, pero no regañó a Gabriel por ello. Entendía completamente que su hijo menor estaba molesto con él.