Amelie salió de la habitación vestida con un impresionante bikini rojo intenso con cuello halter. La parte superior presentaba un atrevido escote en V que resaltaba sus curvas, mientras que la parte inferior de talle bajo abrazaba perfectamente sus caderas. Sobre sus hombros llevaba una bata transparente, tipo gasa, que fluía suavemente a su alrededor, rozando apenas por debajo de sus muslos.
Su pequeña barriguita de embarazo era suavemente visible bajo la tela mientras tenía el pelo recogido en un moño.
—Vamos a nadar —dijo con una sonrisa brillante y emocionada.
Gabriel, que había estado desplazándose distraídamente por su teléfono, se detuvo. Sus ojos se elevaron lentamente, fijándose en ella como si el mundo se hubiera detenido.
—Espera, déjame revisar mi teléfono una vez —murmuró Amelie, girándose hacia la mesa para recogerlo.