Punto de vista de Olivia
Necesitaba conseguir algunas cosas de la plaza del pueblo. Mañana era el cumpleaños de mi madre y quería comprarle algo bonito con las monedas que tenía.
Cuando me disponía a salir, Anita apareció desde la esquina y bloqueó mi camino. Una mirada feroz ardía en sus ojos mientras me miraba fijamente.
—O te vas de esta manada en una pieza, o te enviaré fuera en pedazos —escupió.
Levanté una ceja hacia ella.
—¿Me estás amenazando? —pregunté, con voz tranquila a pesar de la ira que ya hervía dentro de mí.
Anita se burló y dio un paso más cerca hasta que estuvimos cara a cara. Su rostro cubierto de maquillaje flotaba a centímetros del mío.
—Si yo fuera tú, lo tomaría como una advertencia amistosa. Por los viejos tiempos, te estoy dando una opción. Vete de esta manada en una pieza, o lo que le sucedió a tu padre te pasará a ti, y te unirás a él en el más allá.
La rabia ardió dentro de mí, y mi loba gruñó, instándome a atacarla, pero me contuve.