Negándose

Punto de vista de Olivia

Resoplé con desdén. ¿Por quién me toma Anita, por una tonta? ¿Piensa que he perdido la memoria y no recuerdo la clase de persona horrible que es? ¿De verdad cree que voy a creerle? Solo Dios sabe lo que está planeando, pero sea lo que sea, nunca va a funcionar.

—No te conozco, así que ¿por qué debería confiar en ti? —dije, siguiendo con mi farsa de sufrir pérdida de memoria.

Anita frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—No tienes que conocerme, Olivia... Soy una mujer como tú, y sé que entrarás en celo mañana por la noche, así que estoy intentando reunirte con tu marido —dijo, con un tono que pretendía ser convincente.

Qué pésima actriz era.

—No necesito tu ayuda. Gabriel dijo que vendrá a recogerme, así que lo esperaré —dije y me di la vuelta para alejarme, pero Anita me agarró del brazo, obligándome a detenerme y mirarla. Mi ceño se hizo más profundo; mi paciencia se estaba agotando.