Audrey suspiró exasperadamente y pasó la mano sobre la caja.
¡CLIC!
La desbloqueó sin pensarlo dos veces.
No tenía la paciencia para forzar la cerradura.
Simplemente la volvería a cerrar cuando terminara. Abrió la caja para ver montones de papeles.
—¡Maldición, no me digas que mi magia fue en vano! —susurró-gritó a la caja.
Sacó los papeles y descubrió que eran todas cartas escritas, pero no pertenecían a una sola persona, las cartas tenían respectivamente las iniciales 'I.S' y 'A.U'.
Audrey concluyó que debían ser cartas entre amantes, viendo cuántas había y que todas estaban fechadas antes de que ella naciera.
No las leyó, no eran asunto suyo.
Estaba a punto de volver a poner las que ya había sacado en la caja cuando algo llamó su atención.
Era una carta con el nombre de Alfa Lago, y estaba fechada después de que ella naciera.