Audrey miró de Stacy a Maya, con una amplia sonrisa en su rostro.
Esto iba a ser interesante: dos e; eran compañeras destinadas; Audrey estaba empezando a creer que la diosa de la luna se divertía emparejando a enemigos.
—Menos mal que te lo dijo, Audrey —Maya se acercó a Audrey.
Se veía tan diferente esa noche; el atrevido maquillaje en su rostro la hacía parecer audaz y segura en comparación con su naturaleza suave y gentil.
—Estás deslumbrante como siempre, Audrey —dijo Maya y abrazó a Audrey.
—Gracias, Maya —respondió Audrey, alejándose de ella al sentir la incomodidad de Stacy.
Suspiró y miró el rostro de Maya.
—¿Realmente quieres rechazarla? Mírala bien y dame tu respuesta final —Audrey empujó suavemente a Maya.
Observó cómo los ojos de Maya lentamente se encontraron con los de Stacy; la tensión entre ellas era muy intensa y palpable; podía sentir el deseo que tenían la una por la otra emanando de su piel.