Audrey sostuvo la palma sudorosa de Sandra para calmarla mientras el autobús se acercaba.
—¡Todos! ¡Escuchen! —la voz del Alfa Lago retumbó por todo el campo.
La atención de Audrey fue instantáneamente desviada del autobús que se detenía hacia el frente del campo.
—¡Hoy se emparejarán con los visitantes! La luna llena se acerca y esta es una oportunidad para familiarizarse unos con otros —ordenó el Alfa Lago.
Audrey no pudo evitar mirar fijamente al Alfa Lago mientras él se paraba con confianza frente a su Manada.
Pensó en ello y concluyó que lo que dijo tenía sentido, estaba tratando de familiarizar a los lobos sin pareja entre sí, para que si llegaban a encontrarse como compañeros durante la luna llena, ya no serían extraños.
—¡Está aquí! —Sandra tiró de la camisa de Audrey que estaba atada a su cintura.
—¿Dónde? —Audrey apartó la mirada de su objetivo sexy y caliente.
Sandra señaló sutilmente hacia su izquierda.