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Wu Haochen sintió de repente una sensación ridícula.
¡Era evidente para cualquier ojo perspicaz que Su Yuyu no estaba a la altura de Ren Chuqing!
¡Dejando de lado la calidad del nuevo producto que supuestamente desarrolló Su Yuyu, su desempeño en el departamento de ventas durante este período estaba a años luz del de Ren Chuqing!
—Jiang Huai, sé que te gusta Su Yuyu, pero espero que no confundas los negocios con asuntos personales. Deberías tener claro si Su Yuyu es verdaderamente adecuada para el trabajo actual. No esperes hasta que la empresa realmente tenga problemas para arrepentirte —dijo Wu Haochen con seriedad.
—Haochen, ¿qué quieres decir con eso? ¿Estás diciendo que Yuer causará problemas a la empresa? Aunque seas mi amigo, no quiero que hables mal de Yuer. ¡Ella también está dedicada a la empresa! —exclamó Jiang Huai.
Al ver a su amigo cercano defendiendo a Su Yuyu tan firmemente, Wu Haochen suspiró, sabiendo que más palabras serían inútiles.