Wen Mulian repentinamente giró la cabeza al escuchar el ruido, solo para ver una figura alta caminando lentamente hacia ella. ¿Quién más podría ser sino Wen Muqing?
—Segundo Hermano —llamó Wen Mulian.
Wen Muqing se acercó a la mesa, con Shen Zhihai y dos guardaespaldas siguiéndolo de cerca.
Su mirada recorrió a todos en la mesa y finalmente se posó en Ren Chuqing.
—¿Estás en una cita a ciegas?
Era una pregunta simple, pronunciada en un tono que no revelaba ni ira ni placer; parecía mera curiosidad, pero aun así envió una sensación helada a través de todos los presentes.
—No —respondió Ren Chuqing.
Sus miradas se encontraron, el aire entre ellos parecía congelarse.
De repente, Wen Muqing sonrió.
—Bien.
Luego se volvió hacia Shen Zhihai y ordenó:
—Haz que despejen el restaurante para mí en cinco minutos.
—Sí —reconoció Shen Zhihai.
A su lado, Wen Mulian frunció el ceño.
—Segundo Hermano, ¿qué estás haciendo?