—Vaya, ¿qué pasa, ya no finges ser la flor de loto blanca y pura? ¿No eres tú la que ama jugar el papel de víctima, ganándote la simpatía de los demás?
—Tú... —El rostro de Su Yuyu se puso rojo.
—En efecto, solo Jiang Huai caería en tu actuación, por eso dejaría a su novia de tantos años en la calle e insistiría en estar contigo, una mujer sin habilidades que solo sabe aprovecharse. ¡Pero esto es mejor para Chu Qing, al menos ahora ve cómo es Jiang Huai realmente! —dijo Lu Mianmian sarcásticamente—. Ah, cierto, vi en el chat del grupo de ex alumnos que tú y Jiang Huai incluso van a repartir sus invitaciones de boda en el aniversario de la escuela. ¡Permíteme ser la primera en desearles a ti y a tu rompe hogares un futuro lleno de dicha!
La voz de Lu Mianmian no era suave, y quienes pasaban por el baño de repente voltearon a mirarlas.
Las miradas en sus ojos cuando vieron a Su Yuyu estaban llenas de sorpresa y desdén.