Dos Compañeros (2)

Los dos —Tío Ray y Lexius— peleaban ferozmente, y yo, la víctima de la infantilidad del Tío Ray y Lex, solo suspiré antes de levantarme de la cama. De la nada, mágicamente me encontré entre ellos.

—Si siguen atacándose, los demandaré si algo me pasa —dije, haciendo que instantáneamente el Tío Ray abriera los ojos de par en par.

Sus ojos ámbar parecieron destellar mientras Windy continuaba despotricando en mi cabeza.

—Él es nuestro compañero, Ioris —tu tío —dijo, y no podía creerlo aunque sospechaba lo mismo.

—¿No lo rechacé? Deberíamos haber conseguido otro compañero, Windy. —Todavía no podía aceptarlo, recordando cómo nos separamos hace seis meses, y el dolor en mi corazón seguía ahí con una herida abierta que aún no había sanado.

No. El Tío Ray no tenía la culpa, fui yo quien no lo merecía.