Uriel se incomodo, con una expresión de culpa.
• La verdad es que...-empezo a decir.
Pero antes de que pudiera terminar, cyrus lo interrumpió.
• No me mientas, uriel -dijo cyrus, con una voz seca. -¿Qué fue lo que realmente te motivo a dejarnos competir?
Uriel se río, con una expresión de nerviosismo.
• Bueno, la verdad es que...-volvio a empezar.
Pero esta vez, fue interrumpido por eira.
• Dinos la verdad, uriel -dijo eira, con una voz firme. ¿Por qué nos dejaste competir?
Uriel se calmó, con una expresión de seriedad.
• La verdad es que... -dijo finalmente. -Queria ver si ustedes eran capaces de trabajar juntos y completar la misión con éxito. También quería ver si podían superar sus propias limitaciones y demostrar su valia.
Cyrus, eira y kael se miraron entre sí, con una expresión de sorpresa y comprensión.
• ¿Eso es todo? -preguntó, cyrus con una voz seca.
Uriel asintió, con una expresión de seriedad.
• Si, eso es todo mi explicación. -dijo. - No tenía ninguna de usarlos para mi propio beneficio personal.
Los tres se calmaron, con una expresión de alivio.
• Esta bien, uriel. -dijo cyrus, con una seca. -Aceptamos tu explicación.
Uriel se río, con una expresión de satisfacción.
• Me alegra que estén de acuerdo. -dijo, con una voz de orgullo. -Ahora vamos a celebrar con una fiesta en nuestra nueva casa.
Cyrus sonrió, con una expresión de alegría.
• Si, vamos. -dijo cyrus, con una voz llena de emocion.
Uriel llegó a su nueva casa cerca de las costas de mar, con una sonrisa en el rostro y una expresión de satisfacción. La casa era hermosa, con grandes ventanas que daban al mar y un jardín lleno de flores y árboles que parecían bailar con el viento. Uriel se sintió emocionado de en una nueva vida en este lugar.
Mientras tanto, cyrus, eira y kael llegaron a la casa, con una mezcla de curiosidad y escepticismo en sus rostros. La casa era impresionante, y podian ver el mar desde la puerta principal. El sonido de las olas y el olor a sal llenaba el aire.
• ¡Esto es increíble! - dijo eira, con una voz llena de admiración, mientras miraba alrededor con ojos desorbitados.
• Si, lo es. -dijo uriel, con una voz llena de orgullo. -Me alegra que les guste la nueva casa.
Uriel invitó a pasar y le mostró la casa. La decoración era moderna y elegante, y había un gran salon con una chimenea que parecía el corazón de la casa. El fuego crepitaba y chispeaba, creando un ambiente acogedor.
• ¡Vamos a celebrar! -dijo uriel, con una voz llena de entusiasmo, mientras sacaba una botella de vino y vasos. - ¡Tengo un vino excelente para esta ocasión!
Cyrus frunció el ceño, miro a uriel con una expresión seria.
• ¡Eres un idiota! -¡Somos menores de edad! -dijo con un tono molesto. ¿Como se te ocurre ofrecernos vino para festejar?
Uriel se río, con una expresión alegre.
• Lo siento, olvidé qué todavia son niños. - dijo uriel, con una sonrisa para disimular su vergüenza. -¿Qué les parece beber una piña colada o prefieren jugo de naranja?