emyshchion

En un mundo donde cada ser humano nacía con un Guardián Bestial, criatura forjada de la magia de los elementos primordiales —fuego, agua, viento, tierra—, la vida era una danza eterna entre el poder y el destino. Desde su primer aliento, a cada niño se le concedía no solo una bestia, sino también un Dominio: una afinidad mágica que moldearía su camino, ya fuera la invocación de tormentas, la manipulación de las llamas, la comunión con la tierra o el fluir del agua.
La nobleza y la realeza eran castas no solo de sangre, sino de poder. Las Casas más antiguas dominaban elementos raros: hielo, relámpago, sombras, incluso éter espiritual. Ángeles custodiaban antiguos pactos de equilibrio. Demonios susurraban tentaciones en las noches más oscuras. Hadas y espíritus vagaban entre los mortales, invisibles para la mayoría, pero vitales en los hilos del destino.
En este mundo nació —o más bien, renació— Caelan Duskvarr, un alma vieja atrapada en un cuerpo joven, sin memoria clara de su vida anterior, pero con la sensación ardiente de que había dejado asuntos inconclusos. Esta vez, en su nacimiento, su Guardián no fue un lobo de fuego ni un tigre de viento... sino una criatura prohibida: un Dragón de Sombra, un ser que no pertenecía a ningún elemento natural conocido.
Marcado por la sospecha, temido por los sabios, y vigilado por la realeza, Caelan tendría que navegar una vida plagada de secretos, donde su Dominio —aún desconocido y errático— lo conectaba tanto a la luz de los ángeles como a la oscuridad de los demonios.
El equilibrio del mundo se resquebrajaba. Familias nobles caían, reyes morían sin dejar herederos, y bestias salvajes surgían de grietas en la tierra misma. A medida que su poder crecía, Caelan descubriría que su reencarnación no era un accidente. Él era la pieza clave en un juego ancestral entre fuerzas divinas y malditas... y el mundo entero era el tablero.
Para sobrevivir, Caelan tendría que domar su Guardián, desentrañar el misterio de su pasado, formar alianzas improbables con hadas y espíritus, y desafiar a la mismísima nobleza y realeza que pretendían usarlo como un arma o destruirlo.

"El Guardián de las Sombras Primordiales"

# 📖 Capítulo 24 — El Núcleo de la Llama

### 🔥 Santuario del Pilar Ígneo — Cámaras Subterráneas

Tras enviar su mensaje, Caelan no regresó a los salones principales. En su lugar, descendió a los niveles más profundos de la fortaleza, donde pocos herederos se habían atrevido a entrar.

Allí reposaba el **Pilar Ígneo**, un monolito de obsidiana ardiente, conectado al linaje del Fénix desde tiempos remotos. Sólo aquellos aceptados por la bestia ancestral podían tocarlo sin ser consumidos.

**Tahr'vel** lo acompañaba, su cuerpo envuelto en llamas que no quemaban a Caelan.

—¿Estás listo? —preguntó una voz resonante desde el pilar.

Era **Ignarion**, el espíritu del Fénix Primordial, despertado del núcleo por la voluntad de Caelan.

—Dijiste que si llegaba aquí… podría entrenar más allá de los límites.

—Muéstrame cómo. Muéstrame todo.

Ignarion se proyectó como una figura alada hecha de puro fuego. Su mirada no era humana, pero tampoco hostil.

—No puedo enseñarte como a un niño.

—Debo **quemarte como a un metal sin forma.** Solo así forjarás tu voluntad.

Caelan asintió. No buscaba comodidad. Buscaba **poder real.**

### 🔥 Entrenamiento del Núcleo — Técnica: *Aliento Solar*

El espíritu del Fénix lo condujo a una cámara donde la gravedad era alterada por la presión mágica. Allí, debía soportar temperaturas que derretirían una ciudad.

La técnica que entrenaría era una de las más antiguas del linaje: **“Aliento Solar”**, una descarga de energía ígnea tan pura que no se limitaba a quemar… sino a desintegrar la esencia de lo que tocaba.

> “Esta técnica no se lanza con rabia”, dijo Ignarion.

> “Se lanza con determinación absoluta. O la llama se volverá contra ti.”

Durante días, Caelan soportó el calor del núcleo. Respiró fuego. Inhaló ceniza viva. Sus músculos crujieron, su mente tambaleó… pero no cayó.

**Tahr'vel**, su bestia, compartía el entrenamiento, reforzando su vínculo.

Al final, cuando el Pilar brilló con intensidad celestial, Caelan lanzó su primer Aliento Solar…

### 🐉 Resultado: Fusión Parcial

Como efecto secundario del dominio logrado, Caelan logró una **fusión parcial con Tahr'vel**, obteniendo:

- **Alas de fuego sólido**, capaces de propulsarlo en ráfagas cortas.

- **Mirada de combustión**, un efecto ilusorio que debilita la voluntad de sus oponentes.

- Un nuevo estado: **“Ceniza Viva”**, que le permite resistir ataques directos mientras arde su energía interna.

Pero todo poder tiene un precio: si abusa de este estado, **su alma puede desestabilizarse temporalmente**, quedando vulnerable a manipulaciones o rupturas mágicas.

### 🩸 Epílogo — Sombra observando

Desde una visión lejana, Elias Mernis sintió el estallido de fuego en la tierra.

Y su madre, Lady Mirentha, simplemente sonrió.

—Y nosotros… también cambiaremos las reglas.

**FIN DEL CAPÍTULO 24 — El Núcleo de la Llama**

Capítulo 24 — El Núcleo de la Llama.