Los pies de Valentina patearon ligeramente, sus manos arañando su brazo, tratando de aflojar su agarre, pero fue inútil. Su respiración estaba atascada en su garganta, su pecho subiendo con jadeos cortos y desesperados. La presión alrededor de su cuello era asfixiante. Sus ojos se abrieron de miedo, intentó gritar, pero nada salió.
Entonces su visión comenzó a nublarse. El ruido de la calle, el viento, el débil sonido de su teléfono vibrando en su bolso—todo se volvió distante, como si estuviera hundiéndose bajo el agua.
Luego sus brazos cayeron ligeramente, su fuerza se agotaba rápidamente.
Y justo cuando su cuerpo comenzaba a desplomarse.
Damon la soltó.
Ella golpeó el suelo con fuerza, tosiendo y jadeando, sus manos volaron a su cuello mientras inhalaba aire como si fuera lo único que la mantenía viva. Todo su cuerpo temblaba.
Por encima de ella, Elvis se enderezó el cuello de la camisa, mirándola con ojos fríos.