Pero su tono cambió cuando Liam añadió fríamente:
—Un año sigue siendo un año, mamá. Sin negocios con GSK durante un año. ¿Sabes lo que eso significa para nuestro ciclo de financiación? ¿Para las expansiones a las que ya nos hemos comprometido?
En ese momento la boca de María se tensó. No pudo responder nada.
Entonces Liam levantó la mirada, derrotado, y dejó caer el golpe final.
—Ese contrato por el que hemos estado luchando—el que se suponía que sellaría todo para nosotros. El mismo contrato que iba a consolidar esta boda... ha sido cancelado.
La habitación se congeló.
Inmediatamente los ojos de María se abrieron, su mandíbula cayó ligeramente, y Chloe levantó la cabeza de golpe, conteniendo la respiración. Sus labios se separaron pero no salieron palabras. Ese contrato no era solo un acuerdo—era su boleto a la sociedad de élite, a un poder superior. Era la razón misma por la que la boda se estaba adelantando.
Y ahora—había desaparecido.