No Me Llames Así

Matthew

Sarah jadea en mi boca, sus dedos curvándose contra mi piel húmeda mientras presiono mi cuerpo contra el suyo. El agua cae sobre nosotros, caliente e implacable, pero no es nada comparado con el calor de este momento.

Por un instante, olvido todo—la tensión, la ira, la incertidumbre.

Había perdido el control otra vez.

Mis manos se deslizan por su cuerpo, agarrando sus caderas mientras profundizo el beso. Puedo sentirla respondiendo, su boca abriéndose bajo la mía, su lengua rozando mis labios. Es embriagador, la forma en que se derrite en mí.

A pesar de cuánto la odio, no puedo pensar con claridad cuando la toco así. Recuerdo cómo se sintió tenerla envuelta alrededor de mi verga la otra noche, y el recuerdo era lo suficientemente fresco como para llevarme a esta... locura.

El pecho de Sarah se agita mientras intenta recuperar el aliento, sus ojos grandes y oscuros de deseo. —Matthew... —susurra, su voz temblando.