Una Promesa

—No me gusta este tipo.

Lo decido inmediatamente mientras veo a Josh coquetear con Sarah.

Sí, coqueteando. No me importa si Sarah dice que solo es su amigo de la infancia. Ese tipo ha estado coqueteando con ella, está claro como el día.

La forma en que se inclina cuando le habla, esa pequeña sonrisa burlona que nunca abandona su rostro, la manera en que sus ojos se detienen un segundo más de lo necesario—me está poniendo a prueba. Presionando para ver hasta dónde puede llegar antes de que yo estalle.

Y estoy cerca.

Agarro mi tenedor con tanta fuerza que juro que lo oigo crujir. Sarah, completamente ajena, se ríe de algo que él dice. Mi mandíbula se tensa. No se ha reído así en toda la noche.

De hecho, desde que nos casamos. Bueno... yo tengo todo que ver con eso.

Josh se recuesta, viéndose demasiado cómodo.

—Vaya, Sarah, todavía no puedo creer que estés casada. Parece que fue ayer cuando nos escapábamos después del toque de queda, metiéndonos en todo tipo de problemas.