Día de la Boda

Continúa el pasado...

Matthew

Asiento rígidamente y lo sigo hacia el pasillo, dejando a Sarah sollozando en la cama. Tan pronto como la puerta se cierra detrás de nosotros, su padre se pasa una mano por su cabello entrecano, luciendo repentinamente más viejo de lo que es.

—No sé qué decir —comienza, con voz baja y tensa—. No tenía idea de que ella... Cristo, Matthew, lo siento.

La disculpa me toma por sorpresa.

—Yo tampoco lo sabía —logro decir—. Acabo de enterarme.

Él asiente.

—¿Qué vas a hacer?

Es una pregunta simple con una respuesta obvia, pero escucharla en voz alta hace que todo sea repentina y terriblemente real. La boda. Los invitados. Mi familia esperando abajo, sin saber que todo se ha desmoronado.

—No puedo casarme con ella —digo, las palabras sabiendo a ceniza—. No puedo estar con alguien que mentiría sobre algo así.

El rostro de su padre se endurece, la momentánea simpatía evaporándose.