—Bueno, muy bueno, en este caso, realmente le debo un gran agradecimiento a Zhu.
Finalmente al escuchar una respuesta definitiva de Zhu Fei, el cuerpo de Xu Pengfei no pudo evitar temblar un poco de alegría.
Rápidamente pidió a alguien que trajera papel y pluma para Zhu Fei y los colocara sobre la mesa frente a él.
Zhu Fei sonrió ligeramente y, sin dudarlo, tomó la pluma y escribió cuidadosamente la farmacología de la receta original y sus usos.
—Bien, Gerente Xu, guarde este papel, y si tiene la oportunidad, déselo al Anciano Song de su organización como muestra de mi agradecimiento por la medicina que me proporcionó.
Zhu Fei no era un tonto; dado que el Anciano Song le había mostrado tanta amabilidad, era natural que Zhu Fei le devolviera el favor.
Para el Anciano Song y su gente, la información sobre la receta original podría tener un gran valor.
Pero a los ojos de Zhu Fei, no era más que la receta del Polvo de Comunicación Espiritual menos valiosa e interesante.