Club Luna Llena, en una de las lujosas salas privadas.
Ma Shuai miró a Shen Yuyan con una expresión burlona en su rostro.
Estaba jugando con una piedra del tamaño de un huevo de gallina, de color blanco lechoso, en su mano.
Frente a él se encontraban tres hombres corpulentos vestidos de negro, sujetando con fuerza a Zhao Jing, el guardaespaldas personal de Shen Yuyan, entre ellos, impidiéndole acercarse a Shen Yuyan.
—¿Qué tal, Shen Yuyan, ya has decidido? ¿Quieres ser mi mujer? —Ma Shuai sonrió maliciosamente—. Si no estuviera de buen humor hoy y no quisiera forzarte, ¿crees que tú y tu amigo aquí seguirían en pie?
En ese momento, Ma Shuai pareció recordar algo de repente, y una sonrisa cruel cruzó su rostro, que momentos antes parecía bromista y malvado.
—Es cierto, te sugiero que no tengas ninguna esperanza. Hoy, ¡nadie puede salvarte! ¡Ni siquiera ese chico de antes!