Shen Ci encontró las palabras de Meng Chuyue agradables al oído, pero después de escucharlas, sintió un vacío en su corazón...
Sin embargo, ahora no era el momento de detenerse en estos sentimientos; la prioridad era conquistar las montañas de tareas que tenía por delante.
Justo cuando Shen Ci estaba a punto de asentir, Meng Chuyue sacó una bolsa de tela de su mochila y se la entregó.
—Dentro hay diez tipos diferentes de bolígrafos grabadores. Te sugiero que cada vez que te reúnas en privado con alguien de la Familia Shen, enciendas inmediatamente el bolígrafo grabador, de esa manera, podrás chantajearlos con sus palabras necias. No dudes en usarlos, la jefa ha prometido ayudarnos a comprar más si tenemos la oportunidad.
—De acuerdo —dijo Shen Ci bajando la mirada hacia las frutas, ocultando la emoción en sus ojos.
Estaba verdaderamente emocionado.
Por el íntimo "nosotros" en sus palabras, y por su cercanía con su jefa.