Labios rojos, lóbulos de las orejas, cuello de jade blanco como la nieve, clavículas.
Después de besar hasta allí, Lin Tian quitó la lencería rosa del cuerpo de Liu Jiao.
¡Era realmente enorme!
Era lo más grande que Lin Tian había encontrado jamás.
Lin Tian comenzó a darse un festín.
Sus manos se introdujeron en el uniforme blanco de enfermera, quitando los pantalones negros de seguridad y la lencería rosa del cuerpo de Liu Jiao.
—Ah ah...
Liu Jiao comenzó a gemir, su deseo completamente encendido, incapaz de contenerse por más tiempo.
Lin Tian aprovechó el momento, se quitó los pantalones y se apretó contra ella.
—¡Es tan grande! ¿Cómo puede ser el tuyo tan enorme? —exclamó Liu Jiao sorprendida.
Incluso como enfermera, que había visto una gran variedad, nunca había visto uno tan grande como el de Lin Tian.
Más grande incluso que el de un extranjero.
La sensación era inexplicablemente maravillosa, inolvidable para ella.
Lin Tian preguntó: