Capítulo 25: Cayendo en Sus Brazos, la Memoria Corporal Aún Más Fuerte

Mientras Oliver Hughes se subía al coche, Bella Woods envió una serie de emojis llorando al apuesto gigoló.

—Tengamos nuestra cita otro día.

—Prometo planificar todo bien para que tengas una gran experiencia de cita, y ya no seré la niña problemática.

—Buuu, apuesto gigoló, besos, cariño, amor, no renuncies a cuidarme. Debes pensarlo bien.

—Te lo compensaré adecuadamente.

Después de enviar, continuó con una avalancha de emojis de "ducha" provocativos.

No fue hasta que Oliver Hughes entró en el coche que Bella Woods finalmente colocó su teléfono boca abajo sobre su muslo.

Oliver Hughes miró:

—¿Con quién estás mensajeando?

—Con nadie —negó Bella Woods, con el corazón inexplicablemente acelerado.

Se sentía como la sutil emoción de una aventura.

—En serio —dijo Oliver Hughes. Arrancó el coche, pisó el acelerador, y el vehículo salió disparado como una flecha en la carretera desierta.

Bella Woods agarró rápidamente la manija:

—Más despacio, más despacio.