Bella Woods apoyó su mano en la barandilla, mirando hacia abajo a Ashton Marshall vestido con una camisa blanca y pantalones negros, con su mochila colgada sobre el hombro derecho y su tablero de dibujo en la mano izquierda. Era la ropa más simple, pero el hombre estaba allí con una presencia imponente.
Muchos estudiantes pasaban, sin poder evitar lanzarle miradas, pero nadie se atrevía a acercarse o hablarle.
Aunque Ashton tenía un rostro extraordinariamente impresionante, la barrera natural que llevaba hacía que otros se alejaran, una típica flor solitaria en un acantilado—hermosamente deslumbrante, pero nadie se atrevía a recogerla fácilmente.
Hasta el día de hoy, Bella sentía que el enredo con Ashton entre ellos era como un sueño. Cada mañana al despertar, sentía un momento de desorientación como si todo lo que había sucedido fuera un sueño.
¿Cómo se había convertido en el juguete de Ashton?