Bella Woods arrastró a Calvin Marshall fuera del vecindario, todavía considerando llamar a un taxi, pero Calvin la llevó hacia su G-Wagon negro estacionado junto a la acera.
Bella sabía que Calvin cambiaba de coches con frecuencia y le encantaba divertirse, pero nunca esperó que tuviera un G-Wagon tan grande.
Al ver al alto y delgado Calvin subir al coche con tanto estilo, los ojos de Bella se iluminaron con admiración.
Calvin se puso sus gafas de sol y bromeó:
—Date prisa y sube, deja que tu hermana te muestre el mundo, pequeña pueblerina.
Bella no pudo evitar reírse también.
Comparada con Calvin, ella era realmente un poco ingenua.
Bella subió al coche.
—Tú, tú siempre estás estudiando, nunca tienes la oportunidad de salir a divertirte, nunca has experimentado el mundo adecuadamente, todo es a través de libros y teléfonos...
A mitad de la frase, Calvin hizo una pausa y preguntó:
—Probablemente tampoco usas mucho tu teléfono, ¿verdad?