Entré en la cocina y, he aquí, vi un total de cuatro chefs allí. No estaban ocupados cocinando, más bien estaban ocupados discutiendo.
—¡Alfa Anastasia! —entraron en pánico y rápidamente se levantaron del lugar donde estaban sentados en el instante en que me vieron.
Me saludaron.
No tenía tiempo para andarme con rodeos, así que fui directa al grano—. Quiero comer cangrejos picantes. ¿Pueden preparar eso para mí?
—Sí~ sí, mi Alfa. Podemos cocinarlo para usted —uno de los chefs me respondió. Debe ser el chef principal.
—Tengo hambre. Dense prisa y cocínenlo rápido —le dije.
Noté que cada uno de ellos miraba mis pies, pero no me importaba en lo más mínimo. Me di la vuelta y me fui.
En el instante en que me fui, escuché a los chefs entrando en pánico.
—No nos quedan cangrejos en la cocina.
—Tenemos que ir a comprar algunos. ¡Rápido!
—Ha —sacudí ligeramente la cabeza y solté una risa de un segundo.