—Con mi presencia aquí, ¡Tianqing no perecerá!
Esta frase fue el consejo de Jiang Tianchen a Jiang Tai.
Mientras Xiao Yi estuviera presente, el Reino Tianqing no caería, e incluso si eso sucediera, aún habría una oportunidad de resurgir.
Por esta razón...
Después de enterarse de que el cuerpo de Jiang Tianchen había sido colgado fuera de la Ciudad Po Jun, que el Gran General Xia Yuan se había rebelado y cambiado de bando, y que el anciano Jiang Weisheng estaba gravemente herido, Jiang Tai sabía que ir a la Ciudad Po Jun significaba una mínima posibilidad de supervivencia. Sin embargo, eligió confiar en Xiao Yi, encomendándole la Crown Princess y al niño en su vientre para asegurar la supervivencia del Reino Tianqing.
Esta era la confianza incondicional de dos generaciones de reyes del reino.
Xiao Yi nunca traicionaría esta confianza.
—Jefe, usted, usted... —Los ojos de Niu Dali se abrieron de par en par mientras miraba a Xiao Yi, incapaz de pronunciar palabra.