—¡Aprobado!
Un destello de luz cruzó los ojos de Nangong Shengtian.
Él no creía en absoluto que Xiao Yi pudiera cerrar todas las tiendas de píldoras de la Familia Nangong en un mes.
Después de todo...
La Familia Nangong había dominado la industria de las píldoras medicinales durante años.
Solo en la capital imperial, tenían más de cien tiendas de píldoras, y en toda la Dinastía Gran Qian, el número superaba las diez mil. Incluso si Xiao Yi buscara la ayuda de la familia real, ¡sería imposible forzar el cierre de todas sus tiendas de píldoras!
—Xiao Yi es demasiado imprudente, ¡esta es una tarea imposible!
—¡Al final, todavía es demasiado joven!
Los vagos rumores de la multitud hicieron que el rostro de Li Youruo se tornara un poco incómodo. Miró a Xiao Yi con preocupación.
—Maestro, ¡no tenemos ninguna posibilidad de ganar esta apuesta!
—No importa, ¡tengo un plan! —los ojos de Xiao Yi se entrecerraron.
¡La Familia Nangong era ciertamente poderosa!